Por: Lic Gabriel Giacobone
Se ven miles de posteos y declaraciones de las abejas y su increíble trabajo. Y es muy cierto el bien que hacen. Pero tenemos una extinción masiva de otros polinizadores, mucho más efectivos y especializados para cada planta que deberíamos prestar mayor atención.
Las abejas que conocemos son de la especie Apis mellifera, originarias de Europa, África y Asia Occidental, fueron introducidas en América por la producción de miel para consumo humano.
Estos interesantísimos insectos coloniales, tienen un sinfín de beneficios directos e indirectos para el ser humano y el ambiente en general. Son tan valorados que, aun cuando la picadura nos recuerda que hay que tenerles respeto, su sacrificio en pos de cuidar su colonia de algún ataque, hace que pasemos de largo el suceso.
La miel de los campos argentinos, es mundialmente conocida por su excelente calidad y gustos diferentes gracias a los “pastos naturales” de la Pampa y alrededores. Yo soy de la ciudad bonaerense de Chascomús y he andado bastante en el campo. Recuerdo que hace muchos años los apicultores pagaban un alquiler para poner las colmenas y sacar sus productos. Primero buscaban algún lugar tranquilo y cercano a sus casas, pero no siempre eran bienvenidos por los dueños de los campos, por lo que no era fácil encontrar un buen lugar. Las escusas eran variadas: a algunos les molestaban porque ocupaban mucho lugar, otros porque pasaban a diario por los caminos, y ni hablar de las “terribles y peligrosas picaduras” que le daban a algún visitante distraído.
Actualmente la cosa cambió de manera rotunda ya que, en este momento, muchos agricultores piden y hasta pagan algún dinero para que algún apicultor les lleve algunos cajones con abejas que les polinicen la producción.
¿Pero sabemos bien por qué se necesitan las abejas?
El uso de agrotóxicos es una de las mayores amenazas, no solo para las abejas, sino también para la producción de miel u otros productos como la cera, el polen o el propóleo. En aquellos casos en que los panales zafan de morirse, el problema de los agrotóxicos se lleva a los productos apícolas. Son varios los estudios que muestran ciertos niveles de tóxicos del agro en mieles y ceras, generando bioacumulación y traspaso a las personas que las consuman.
Pero si las abejas las trajeron hace unos doscientos y pico de años ¿Quiénes polinizaban a las plantas pampeanas? Y ahí tenemos, para mí, el mayor de los problemas. Son miles de millones los polinizadores originales. Desde abejas, abejorros y avispas autóctonas, hasta colibríes, pasando por varias especies de moscas, escarabajos, polillas y las famosas mariposas. Todo un ejército de polinizadores que a diario hacían un trabajo de ingeniería y logística.
En algunos casos, la coevolución de varias especies, llegó al punto de generar hiperespecialistas tales como las orquídeas, que muchas veces poseen solo dos o tres especies de insectos que las polinicen, sin dichos insectos la polinización se ve en serio riesgo. Otro ejemplo es la planta Barba de Chivo (Erythrostemon gilliesii) que posee unos estambres y un estilo que recibe el polen, muy largos. Esto hace que las abejas o abejorros, al ser más pequeños, no los toquen y no puedan fecundarlos con facilidad. Pero hay solución, ya que esa adaptación es propicia para colibríes y polillas grandes de la familia Sphingidae que durante la noche polinizan al igual que un picaflor.
Todo este ejército polinizador está siendo diezmado. Los combates agrotóxicos están generando estragos en las poblaciones de insectos. En el caso de las mariposas, sus orugas suelen ser hiperespecialistas de algunas plantas y sólo se alimentarán de éstas. Lo que para el agro son “malezas” que hay que erradicar, para las orugas son el único alimento, sin ellas no habrá mariposas y tampoco sus beneficios.
Háganse unas preguntas los mayores de 30 que han viajado en las rutas argentinas: ¿se acuerdan que cada tanto había que parar para lavar los parabrisas y sacar del radiador los cadáveres de miles de insectos? ¿Viajaron últimamente? ¿Tuvieron ese problema? Bien, ahí está la respuesta, la limpieza de los actuales parabrisas es la disminución de nuestra biodiversidad.
Las abejas están siendo declaradas como el insecto más benéfico del planeta y como tal hay que cuidarlo, pero es solo la punta del Iceberg ya que nos estamos olvidando de miles de insectos que trabajaban previo a ellas. Aún estamos a tiempo de recuperar sus poblaciones, sólo debemos conocer y actuar responsablemente.
Desafortunadamente, el crecimiento y el avance en temas de construcción de las ciudades, esa idea de comodidad y plenitud que el marketing y la publicidad nos han vendido por todos los medios de comunicación posibles; ha generado que por décadas seamos cada vez menos intolerantes a convivir con la naturaleza en todo su esplendor, pero por sobre todo con los bichos. Es tanto así que ni siquiera conocemos el 10% de todas las especies que habitan el planeta y muchas de ellas se han extinguido al mismo ritmo en el que nos hemos "desarrollado económicamente"; hemos vivido sin saber el valor de cada uno de estos seres vivos, lo importante que son para que si quiera nosotros podamos respirar el…
Cada integrante y componente de la naturaleza tiene su razón de ser, su función única e irremplazable para que todo funcione en armonía y equilibrio. Es importante preservar cada parte del todo para que no suceda un desbalance, para que todo siga funcionando de forma cíclica, es decir, un ciclo donde una cosa lleva a la otra, donde, si eliminamos algún eslabón de ésta cadena, el resto se van a ver modificados y afectados. Los invertebrados forman parte de este engranaje de la naturaleza y sus ecosistemas, y es de suma importancia educar para su conservación, la educación es Poder, eduquemos para que todes tengamos la posibilidad de saber lo importante del papel que juegan en la naturaleza, y en…
Tal como dice el artículo, el desconocimiento que solemos tener sobre estas especies es muy grande. Teniendo en cuento que son el grupo más numeroso de animales que existen en el planeta y que su existencia data de cientos de millones de años ¿no serían estas entonces razones más que abundantes para educar o aprender sobre ellos? Y ni hablar de la importancia de su existencia para el desarrollo de la vida en el planeta y el sustento de los ecosistemas. Como bien cuenta el artículo, mucho se habla de las abejas (de las cuales no nos queda duda alguna de su importancia) pero solemos olvidarnos de los demás insectos (y ni hablar de los invertebrados en general) y de…
Es muy interesante lo que plantea el articulo ya que como dice hay muchísimos animales que son polinizadores y a los cuales no se le s da tanta importancia o difusión, creo que como dice el articulo, si bien cuidar a las abejas es importante, eso es a penas la punta del iceberg y que si cuidamos los polinizadores también estamos cuidando los ambientes y también ayudándonos a nosotros mismos, es todo un efecto domino donde cada "pieza" es importante para conservar el equilibrio, donde la primer pieza fundamental es la concientizacion de las personas sobre el cuidado y la protección de las especies.
Educar para la conservación de los invertebrados, es también proteger a los ambientes que los albergan y que a su vez se vinculan con otros seres vivos, en donde nosotros y nosotras, también formamos parte.
La riqueza de la biodiversidad es nuestro tesoro. Visibilizar, concientizar y educar son las claves para preservarlos y preservarnos.