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Cómo las abejas pueden dar batalla a los agrotóxicos

Actualizado: 26 may 2022


Por: Lic Gabriel Giacobone


Se ven miles de posteos y declaraciones de las abejas y su increíble trabajo. Y es muy cierto el bien que hacen. Pero tenemos una extinción masiva de otros polinizadores, mucho más efectivos y especializados para cada planta que deberíamos prestar mayor atención.

Las abejas que conocemos son de la especie Apis mellifera, originarias de Europa, África y Asia Occidental, fueron introducidas en América por la producción de miel para consumo humano.

Estos interesantísimos insectos coloniales, tienen un sinfín de beneficios directos e indirectos para el ser humano y el ambiente en general. Son tan valorados que, aun cuando la picadura nos recuerda que hay que tenerles respeto, su sacrificio en pos de cuidar su colonia de algún ataque, hace que pasemos de largo el suceso.


La miel de los campos argentinos, es mundialmente conocida por su excelente calidad y gustos diferentes gracias a los “pastos naturales” de la Pampa y alrededores. Yo soy de la ciudad bonaerense de Chascomús y he andado bastante en el campo. Recuerdo que hace muchos años los apicultores pagaban un alquiler para poner las colmenas y sacar sus productos. Primero buscaban algún lugar tranquilo y cercano a sus casas, pero no siempre eran bienvenidos por los dueños de los campos, por lo que no era fácil encontrar un buen lugar. Las escusas eran variadas: a algunos les molestaban porque ocupaban mucho lugar, otros porque pasaban a diario por los caminos, y ni hablar de las “terribles y peligrosas picaduras” que le daban a algún visitante distraído.

Actualmente la cosa cambió de manera rotunda ya que, en este momento, muchos agricultores piden y hasta pagan algún dinero para que algún apicultor les lleve algunos cajones con abejas que les polinicen la producción.



¿Pero sabemos bien por qué se necesitan las abejas?

El uso de agrotóxicos es una de las mayores amenazas, no solo para las abejas, sino también para la producción de miel u otros productos como la cera, el polen o el propóleo. En aquellos casos en que los panales zafan de morirse, el problema de los agrotóxicos se lleva a los productos apícolas. Son varios los estudios que muestran ciertos niveles de tóxicos del agro en mieles y ceras, generando bioacumulación y traspaso a las personas que las consuman.

Pero si las abejas las trajeron hace unos doscientos y pico de años ¿Quiénes polinizaban a las plantas pampeanas? Y ahí tenemos, para mí, el mayor de los problemas. Son miles de millones los polinizadores originales. Desde abejas, abejorros y avispas autóctonas, hasta colibríes, pasando por varias especies de moscas, escarabajos, polillas y las famosas mariposas. Todo un ejército de polinizadores que a diario hacían un trabajo de ingeniería y logística.

En algunos casos, la coevolución de varias especies, llegó al punto de generar hiperespecialistas tales como las orquídeas, que muchas veces poseen solo dos o tres especies de insectos que las polinicen, sin dichos insectos la polinización se ve en serio riesgo. Otro ejemplo es la planta Barba de Chivo (Erythrostemon gilliesii) que posee unos estambres y un estilo que recibe el polen, muy largos. Esto hace que las abejas o abejorros, al ser más pequeños, no los toquen y no puedan fecundarlos con facilidad. Pero hay solución, ya que esa adaptación es propicia para colibríes y polillas grandes de la familia Sphingidae que durante la noche polinizan al igual que un picaflor.

Todo este ejército polinizador está siendo diezmado. Los combates agrotóxicos están generando estragos en las poblaciones de insectos. En el caso de las mariposas, sus orugas suelen ser hiperespecialistas de algunas plantas y sólo se alimentarán de éstas. Lo que para el agro son “malezas” que hay que erradicar, para las orugas son el único alimento, sin ellas no habrá mariposas y tampoco sus beneficios.

Háganse unas preguntas los mayores de 30 que han viajado en las rutas argentinas: ¿se acuerdan que cada tanto había que parar para lavar los parabrisas y sacar del radiador los cadáveres de miles de insectos? ¿Viajaron últimamente? ¿Tuvieron ese problema? Bien, ahí está la respuesta, la limpieza de los actuales parabrisas es la disminución de nuestra biodiversidad.

Las abejas están siendo declaradas como el insecto más benéfico del planeta y como tal hay que cuidarlo, pero es solo la punta del Iceberg ya que nos estamos olvidando de miles de insectos que trabajaban previo a ellas. Aún estamos a tiempo de recuperar sus poblaciones, sólo debemos conocer y actuar responsablemente.


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