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Día Internacional de los Bosques - la importancia de su conservación

Actualizado: 10 ago 2021

Por Marina Hertzriken


La conservación de los bosques nativos en una escala internacional y regional


En un contexto en el que el planeta manifiesta la importancia del desarrollo sostenible de manera inminente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en el año 2015 su Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. La misma estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que integran dimensiones tanto económicas, ambientales como sociales. Los objetivos incluyen entre otros: la eliminación de la pobreza, la educación, la igualdad de la mujer, la salud, el cambio climático. Seis de estos objetivos tienen como base la protección y regeneración del medioambiente. Particularmente el objetivo #15 propone proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica. Este plan estratégico para los Bosques busca expandir el área forestal mundial en un 3% para 2030, lo que representa un área de 120 millones de hectáreas. La restauración de los ecosistemas es fundamental para alcanzar todos los ODS.

Al mismo tiempo estamos transitando lo que en 2019 se declaró como La Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas. Este proyecto es un llamado mundial a la acción frente a la necesidad inmediata de recuperar el equilibrio de nuestro planeta. Proceso necesario para recuperar la funcionalidad ecológica de paisajes, lagos y océanos y de esta forma mejorar la productividad y la capacidad de los ecosistemas para satisfacer las necesidades de nuestra sociedad. Esta meta es posible mediante el desarrollo de proyectos para la reforestación y la regeneración de ecosistemas sobreexplotados.

Además durante el 2019 América Latina y el Caribe reforzaron a través de la denominada Iniciativa 20×20, su compromiso con la restauración de tierras degradadas, las cuales son fundamentales para consolidar el desarrollo económico sostenido con menos emisiones de carbono y mayor productividad agropecuaria. Por ello, 17 países junto a más de 40 socios inversores se encuentran trabajando para alinear una política pública con la visión de restaurar paisajes a un nivel capaz de ayudar a la región a alcanzar neutralidad de carbono antes de 2050 y poder ofrecer productos sostenibles para satisfacer la demanda global cada vez mayor de alimento y madera. De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, este nivel equivaldría a alrededor de 250 millones de hectáreas y podría ser una contribución muy significativa para el planeta.


En Argentina existe La Estrategia Nacional sobre la Biodiversidad (ENB) consiste en la formulación e instrumentación de políticas, iniciativas, normativas y procedimientos que, en forma coordinada, promuevan un mayor conocimiento de los bienes y servicios ambientales, la conservación y protección de la biodiversidad y su utilización en un marco de desarrollo sostenible. Argentina es uno de los países con mayor número de ecorregiones del mundo (posee 15 continentales, 2 marinas y 1 Antártida).


El cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. Está alterando las economías nacionales y afectando nuestras vidas. Los sistemas meteorológicos están cambiando, los niveles del mar están subiendo y los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos e impredecibles. En la actualidad cerca de 20% de la superficie cubierta de vegetación del planeta está perdiendo su productividad con pérdidas de fertilidad relacionadas con la erosión, el agotamiento y la contaminación a nivel mundial. Para 2050, la degradación y el cambio climático podrían reducir los rendimientos agrícolas en un 10 por ciento a nivel mundial, y hasta en un 50 por ciento en determinadas regiones. Existen algunas maneras de frenar y revertir la situación actual de nuestro planeta, una de las más importantes por su efecto sobre la biodiversidad y el clima es el cuidado de los Bosques Nativos.



La importancia de la conservación de los bosques nativos

Los Bosques favorecen la biodiversidad ya que concentran alrededor del 80% de la diversidad terrestre del planeta albergando miles de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Aportan a las poblaciones fuentes de proteínas, plantas medicinales, materiales para la construcción y combustible en forma directa. Y, en forma indirecta, contribuyen a la conservación de las fuentes de agua, la prevención de inundaciones y protección para los suelos. Contribuyen al equilibrio del oxígeno y de la humedad en el aire. A su vez, funcionan como grandes reguladores climáticos ya que son reservorio de dióxido de carbono (uno de los principales gases que causan el efecto invernadero).

Los bosques son la principal herramienta y la manera más rentable de combatir el cambio climático. Así lo indica la ONU, que detalla que los bosques absorben aproximadamente 2000 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.


La huella de carbono es un indicador ambiental, es nuestro impacto sobre el clima, podría definirse también como la cantidad de emisiones (directas o indirectas) de gases efecto invernadero provocadas por la actividad humana y se mide en toneladas de CO2. Una de las formas de compensar nuestras huellas de carbono es a través de los bosques ya que absorben grandes cantidades de este gas, lo fijan en forma de biomasa y actúan como sumideros de carbono.


Un estudio publicado por la revista científica Science determinó que en el planeta hay 900 millones de hectáreas de tierras que pueden destinarse a plantar árboles. Si eso se lograra, podriamos reducir hasta 205 gigatoneladas de CO2 anuales. Cada año generamos alrededor de 40 gigatoneladas de las cuales la mitad queda en la atmósfera y el otro 50% es absorbido por los bosques y los océanos.


Para proteger la biodiversidad se requiere un enfoque integrador ya que están implicados diversos ámbitos, entre ellos, el biológico, el científico, el social, el cultural, el económico y el recreativo. La recuperación y conservación de bosques nativos son clave para la restauración de todos nuestros ecosistemas.


En los últimos 20 años, América Latina ha estado a la vanguardia de la “conservación de la diversidad biológica mundial” al reservar el 20% de su superficie terrestre para áreas protegidas. y en la actualidad desarrolla y gestiona diversos proyectos para lograr el cambio.



La economía y la tecnología de la mano de la conservación

Hoy en día miles de empresas alrededor del mundo están siendo beneficiadas en una suerte de compromiso con el medioambiente, buscan ser carbono neutrales y comerciar con sus bonos de carbono. Dado que hoy ser parte del desarrollo sustentable también es redituable.

Para lograr la meta deseada de llegar a ser carbono neutrales, las empresas deben comenzar por conocer cuál es su huella de carbono, este el primer paso para poder conocer las fuentes de emisiones de CO2 de una entidad, un producto o un evento. De esta manera, este dato permite identificar las medidas más eficientes a implementar para reducir las emisiones y consolidar la estrategia corporativa de acción frente al cambio climático. Reducir y compensar esta huella son los siguientes pasos.


El concepto de neutralidad de carbono incluye además otros gases de efecto invernadero (GEI). Las organizaciones que logran reducir o evitar tantas emisiones de GEI como sea posible, necesitan compensar las emisiones inevitables.​ La neutralidad generalmente se consigue entonces de dos maneras: Utilizando solamente energías renovables que no produzcan dióxido de carbono u obteniendo compensaciones de carbono. Las compensaciones se obtienen tercerizando en otros la labor de capturar y almacenar el 100 % del dióxido de carbono emitido a la atmósfera –por ejemplo plantando árboles– o financiando proyectos relacionados a la conservación de la biodiversidad, o comprando créditos de carbono, que, en la práctica, son derechos para emitir GEI, y hay un número limitado de ellos en el mercado de emisiones. ​


Un bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono– Los bonos de carbono son un mecanismo internacional de descontaminación para reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente. Este sistema, regulado por la Naciones Unidas, ofrece incentivos económicos para que empresas privadas contribuyan a la mejora de la calidad ambiental y se consiga regular la emisión generada por sus procesos productivos, considerando el derecho a emitir CO2 como un bien canjeable y con un precio establecido en el mercado.


Las tecnologías actuales acompañan estos cambios ya que se han desarrollado sistemas sencillos y de fácil acceso para obtener mediciones directas de los gases de efecto invernadero. Facilitando a las empresas ser parte de este cambio y de sus beneficios económicos. A nivel internacional continúa en crecimiento el desarrollo de este tipo de herramientas, distintas compañías ofrecen tecnologías innovadoras para monitorear, medir, verificar y contabilizar los GEI en la superficie planetaria.

Solo con ecosistemas saludables, podemos mejorar la vida en la tierra, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad. La década para la Restauración de los Ecosistemas se extiende hasta 2030, los científicos han identificado esta línea de tiempo como la última oportunidad para prevenir un cambio climático catastrófico. Si queremos seguir habitando este maravilloso planeta nuestras acciones y compromisos con el medioambiente son el camino para poder lograrlo.






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